ANGELSALCEDO.COM.VE - Cuando tenemos mucho trabajo, muchas cosas que hacer, normalmente nos estresamos, sufrimos ansiedad y tensión. Estos factores nos impiden realizar nuestras tareas eficazmente. Es importante remarcar que uno no puede controlar las cosas que le pasan gran parte del tiempo y sobretodo no puede controlar cómo actuarán los demás, lo que si puede hacer es revisar su conducta. En otras palabras, tú puedes responder a un hecho con ansiedad y con ira, o puedes responder con calma y paz.
Una rutina matutina tranquila. Muchas personas empiezan su día con una carrera estresante y ya van nerviosos todo el día. Yo suelo levantarme temprano y empezar el día con unos minutos de meditación. Después desayuno tranquila sentada y me pongo a escribir antes de que empiece a haber movimiento en casa. Tú no tienes por qué hacer las mismas cosas. Igual a ti te funciona hacer ejercicio o practicar yoga. Pero es importante encontrar la tranquilidad de la mañana y sacar el máximo provecho de ella
Crear rutinas para afrontar el estrés.Muchas veces, cuando tenemos estrés, solemos reaccionar de forma no muy saludable – ira o enfado, sentirse agobiado, abandonarse, comer comida basura, consumo de alcohol o drogas, comprar cosas que no necesitamos, ir a sitios a perder el tiempo, postergar las cosas, y así sucesivamente .
En cambio, necesitamos formas saludables de lidiar con el estrés. Cuando notes el estrés, piensan en cómo lidiar con él y, a continuación, sustituye cualquier rutina poco saludable con otras más saludables. Los hábitos de adaptación al estrés saludables pueden ser: hacer ejercicios de relajación, yoga, tomar una infusión, dar un paseo, tomar un poco de agua, hablar con alguien que te importa…
Ser consciente de tu respuesta. Cuando algo estresante ocurre, ¿cuál es tu respuesta? Algunas personas pasan a la acción – aunque si la situación de estrés es otra persona, a veces la acción puede ser perjudicial. Otros se enfadan o se agobian. Y otros comienzan a sentir lástima de sí mismos y a desear que todo sea distinto. ¿Cómo estoy reaccionando yo? ¿Cómo podría hacerlo mejor? Dar respuesta a estas preguntas es un hábito importante. Es un ejercicio de autoconciencia y autoconocimiento. Aprende a gestionar tus emociones en tu respuesta.
No tomarse las cosas personalmente. Muchas veces con el hábito anterior te das cuenta que tu respuesta es tomarte las cosas personalmente. Si alguien hace algo que no nos gusta, a menudo tendemos a interpretar esto como una afrenta personal. ¿Nuestros hijos no limpian sus habitaciones? ¡Ellos nos están desafiando! ¿Nuestro cónyuge no muestra afecto? ¡Eso es que ya no me quiere! Algunas personas llegan a pensar que el universo confabula personalmente contra ellos. Pero la verdad es que no es personal. Normalmente la otra persona está tratando de resolver sus propios problemas y lo hace lo mejor que puede.
Todos lo hacemos lo mejor que podemos. Aprender a no interpretar los acontecimientos como una afrenta personal puede llevar mucha calma a tu vida. Se trata de ver estas situaciones como un evento externo no personal (como una hoja que cae, un pájaro que vuela) en la que puedes responder sin una actitud estresante, o no tengas que responder en absoluto.
Gestionar el tiempo. Continuamente tenemos la sensación de que nos falta tiempo, y eso no ayuda a nuestra calma interior. Para ello gestiona tu tiempo, enfocándolo en lo que de verdad es importante para ti, eliminando los ladrones de tiempo y la multitarea de tu vida. La multitarea es de las cosas que más ansiedad produce. Gente mirando su móvil mientras va en el tren, caminando o conduciendo.
Gente twitteando o publicando en Facebook mientras cocinan, ven la televisión mientras comen o planifican su día mientras hacen tareas. Ésta es una gran manera de aumentar el nivel de ansiedad que corre a través de todo lo que haces, porque siempre estás preocupado de que deberías estar haciendo más, haciendo otra cosa. ¿Y si, en cambio, acabas de hacer una cosa, y aprendes a confiar en que no deberías estar haciendo otra cosa? Se necesita práctica: simplemente comer. Sólo lavar su tazón. Sólo hablar con alguien. Simplemente gestiona tu correo electrónico, una vez al día, hasta que tu bandeja de entrada esté vacía. Aprenderás que hay paz en sólo hacer una cosa, y dejar ir todo lo demás.
Ser agradecido. Claro, mucha gente habla de la gratitud … pero ¿con qué frecuencia lo aplican en su día a día? Cuando las cosas no van muy bien en el trabajo, o nuestro jefe está enfadado, o nuestros compañeros de trabajo son groseros, o nuestros hijos se portan mal, o alguien que no nos ama como nos gustaría … y no podemos sentir más que enfado, ansiedad e infelicidad… ¿podemos estar agradecidos? Reduce tus quejas, y encuentra una manera de estar agradecido. Y luego sonríe. Dedica un tiempo de tu vida a agradecerle a la vida todo lo bonito que te ha dado: a primera hora de la mañana, a última de la noche. Este hábito puede cambiar su vida.
Reducir el ruido. Nuestras vidas están llenas de todo tipo de ruido: el desorden visual, notificaciones, redes sociales, noticias, todas las cosas que tenemos que leer, correos electrónicos por contestar… Y la verdad, nada de eso es necesaria. Reduce aquellos compromisos que realmente no te aportan nada y desconecta de Internet, teléfono móvil y Redes Sociales. Reduce todas estas cosas y más, y crea un poco espacio y silencio en tu vida. Poco a poco llevarás el control de tu vida y notarás el equilibrio, la calma y la paz en todo lo que haces.
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