ANGELSALCEDO.COM.VE - Entre todos los planes que tienes en mente incluye uno para ser feliz. Puedes mantener el juramento del gimnasio y la promesa de comer sano, pero no dejes por fuera la decisión consciente de disfrutar una vida más feliz. ¿Que esto no se decreta? Te equivocas. Para ser feliz lo primero es estar dispuesto a serlo. Y luego hay que trabajar en ello.
Cada vez más estudios validan el poder de la intención para ser feliz. No te quedes con el cuento de que la felicidad depende de las cosas que suceden allá afuera. La realidad es que todo comienza por dentro. Con tu decisión. Una investigación publicada en la revista Psicología Positiva señala que si intentamos activamente estar felices es más probable que lo logremos. Las técnicas y vivencias correctas ayudan, aclaran los autores, pero buenas experiencias sin la expresa disposición de ser felices no es suficiente. Hay que ponerle ganas.
Y además de intentarlo hay que priorizar el esfuerzo. No basta con registrase en el gimnasio ¿cierto?, hay que hacer el ejercicio y comprometerse con la rutina. Pues algo parecido sucede con la felicidad: las personas que la ubican entre sus primeros objetivos de vida suelen experimentar un mayor nivel de bienestar. Entre otras cosas porque prestan atención a las oportunidades.
Esto nos habla de la importancia de aprovechar los momentos felices. Porque vamos a estar claros: la felicidad no es un estado de euforia permanente ni una vida perfecta. La auténtica felicidad es un sentimiento base, una suerte de roca madre sobre la cual se mueven distintas corrientes y energías; a veces agradables, otras veces cruzadas, pero lo importante es que en el fondo exista la contentura que evite las avalanchas de amargura que terminan secuestrando nuestra forma de ser.
Los momentos de felicidad son para vivirlos: fijando en ellos nuestra atención, dejando que penetren la mente y se instalen en nuestros pensamientos. No te hablo de comprar un auto nuevo; mas bien me refiero a esos pequeños instantes cotidianos que encierran la belleza y maravilla de la vida. Si los aprovechas irás llenando tu tanque de reserva emocional, vital para los tiempos tormentosos.
También se ha comprobado que la felicidad promueve la creatividad y el éxito. Shawn Achor, quien investigó el tema durante 12 años en Harvard, asegura que cultivar una actitud mental positiva puede mejorar el desempeño laboral. Achor llama a esto “la ventaja de la felicidad” porque coloca a personas y empresas en una mejor posición ante las adversidades. Agradecer, compartir y sonreír son excelentes técnicas para promover la felicidad.
Una última cosa. Elige la felicidad ahora porque luego puede ser muy tarde. Bronnie Ware, autora de “Los 5 arrepentimientos de la gente al morir” escribió en el Huffington Post que casi todas las personas que conoció en su lecho final se arrepentían de no haberse permitido ser felices.
“Muchos no se dieron cuenta de que la felicidad es una elección. Se quedaron apegados a sus viejos hábitos y patrones mentales. El miedo al cambio los llevaba a pretender ante los otros, y ante sí mismos, que estaban contentos; cuando en el fondo añoraban una buena carcajada o un poco de sana tontería en sus vidas. La vida es una elección. Tu elección.”
¿Entonces? No es que te pongas unos lentes que te hagan ver el mundo color de rosa. Ponte los lentes de la felicidad. Te permitirán vivir a full color y a plenitud.
Verás que además del rosa hay un montón de colores maravillosos para disfrutar.
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