ANGELSALCEDO.COM.VE - Como emprendedor aprendí por las malas que la felicidad es escurridiza. Leí de la novelista y poetisa Maya Angelou que, “No hagas del dinero tu meta. Mejor, persigue las cosas que amas hacer y hazlas tan bien de manera que las personas no puedan quitarte los ojos de encima”. Yo lo comprendí así: que muchas veces pensamos que la felicidad es tener dinero y todo lo que lo acompaña, que la pasión dicte los 86,400 segundos de tu día. No puedes controlar el resultado, únicamente el proceso. De allí nació este post donde te comparto las reglas que aprendí sobre cómo conseguir la felicidad siendo emprendedor.
Desenchúfate: El mundo online nos conecta de formas increíbles, pero también hay mucho que decir en el mundo real. Debes aprender a dejar ir; aléjate de tu celular y de tu laptop para pasar tiempo de calidad con las personas que te importan. Al final del día, ellas son la única definición de lo que es real. El tiempo es nuestra mayor virtud; aprecia estos momentos reales.
No dejes de aprender: Abandoné la escuela a los 16 años, pero nunca dejé de aprender. Alimentar al cerebro es un componente sólido para lograr la felicidad. Nunca te duermas en tus laureles. Siempre busca formas de dar más de lo que se espera de ti. Rétate a ti mismo. Abre tu mente y recuerda: No hay nada que no puedas hacer. Cuando los demás vean obstáculos, busca oportunidades. Recuerda sueña en grande.
Sé bondadoso: He visto varias veces una estampa en vehículos que dice “practica actos aleatorios de bondad”. Hay algo de verdad en esta lección, siempre y cuando venga del corazón. Te recuerda de las bendiciones que tienes y de por qué debes ser agradecido por ellas, incluso de las cosas que das por sentado.
No sobre pienses las cosas: Está bien no saber todas las respuestas. Las respuestas vendrán a ti cuando menos las esperes. Somos creaturas complicadas. Pero trata de no analizar excesivamente todo. Recuerda que el tiempo cura muchas cosas; así que date tiempo.
Sé agradecido por lo que tienes: La única persona a cargo de tu felicidad eres tú. No eres dueños de todos los problemas del mundo, así que cuenta tus bendiciones y no tus problemas. Sé agradecido. No importa si el vaso está medio lleno o medio vacío; lo único que importa es que tú tienes el vaso y eres el responsable de rellenarlo.
En la otra mano, no compares tu vida con la de los demás ni los juzgues. Y cuando las cosas salgan mal, toma un respiro profundo y recuérdate tu mayor propósito. Este propósito no debe definirse por lo que quieres lograr, sino por lo que quieres vivir para alcanzar la felicidad.
Las relaciones son todo en la vida: Siempre puedes mejorar tu conexión con tus seres queridos. Ellos nos enseñan cómo ser mejores personas, y cómo convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Pero también son nuestros principales fans durante los mejores momentos y el mayor apoyo en los más difíciles.
Haz la paz con tu pasado: No dejes que tu pasado afecte tu presente. Acepta tus errores y aduéñate de ellos. Al final del día, cada decisión que hagas, son tu responsabilidad. Nadie gana cuando empiezas a buscar a alguien a quien culpar, así que deja de buscar y sigue adelante.
Deja de preocuparte por lo que los demás piensan de ti: Vive de tal manera que si alguien habla mal de ti, nadie pueda creerlo. No sucumbas a un mundo en el que constantemente te consumes preguntándote qué piensan las otras personas de ti. Lo importante es lo que tú piensas de ti y si estás proyectando una vida de la que puedas sentirte orgulloso.
No guardes resentimientos: Todos nos encontramos con personas que nos ponen a prueba, que nos decepcionan y sólo nos usan. Pero la venganza es inútil. Al final, todos somos personajes de un universo muy complejo. Así que no lo compliques más dejando que la venganza devore tu día. Si perdonas, aprendes y sigues adelante.
Sé auténtico: Muchas personas tratan de fingir quiénes son en realidad. Pero finalmente se trata de quién es tu ‘yo’ interno y cómo contribuyes a la sociedad. Siempre rodéate de personas que quieren que triunfes. Aléjate de las personas que esperan que fracases. La autenticidad es difícil de alcanzar, pero cuando la encuentres aférrate a ella.
Finalizo indicándote que tengas por seguro que tendrás días malos y fracasos. Pero lo importante es que te vuelvas a poner de pie. Ése es el principal secreto de la vida. Cuando te caes, debes levantarte. Sin detenerte, sin mirar el pasado, solo tu mira puesta en el presente, disfrutar el ahora en todo su sentidos por que así podrás conseguir una felicidad deseada y duradera.
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